Pues sí: a punto de estrenar nuevo mes y yo he dormido en los últimos cinco días en seis sitios diferentes. Si en el Astroboletín pasado la cosa iba de trenes —con esta, más de lo mismo pues ya me he recorrido las cuatro puntas de la provincia de Madrid, he dormido en el campo, repetido en la casa de dos Piscis —uno de ellos, reparador de trenes—, monté con María el taller de Sinastrías que quedó de rechupete (gracias, gracias… ¡nos han pedido repetirlo) y ahora ya camino de Málaga (de nuevo en tren) para el último tramo de esta no-realmente-vacaciones.
Digamos que las vacaciones como tal se inician ya esta semana sobre la que versa este Astroboletín: hasta hace dos días estaba pasando consulta y además, y como cada martes y jueves, dando clases en La Escuela Cósmica. Tuvimos las últimas clases con fiesta fin de curso —algunas alumnas con copita de vino y el velo en las caras de la despedida, igual que yo. De hecho, ya empezaron las opiniones de este maravilloso viaje: puedes leer las bellas palabras de Carmen aquí. Y te aseguro que pronto seguiré colgando más.
También quiero asegurarte que no te libras de mí: of course not. Para empezar porque quiero montar algunos módulos independientes este verano. Y segundo porque en septiembre regresamos, como con el cole, con La Escuela Cósmica —y aquí lo pasamos que lo flipas, nos reímos un montón, compartimos y vemos la Astrología de una manera muy práctica. Para autoayuda, un libro de Jorge Bucay. Que aquí llamamos al Cosmos sin pelos en la lengua y por su nombre 😉
Pero bueno, pasemos a la semana que, así a lo bruto, va un poco de lo siguiente: de la tensión Marte y Urano (que ya lleva gestándose toda una semana) y que fue la que quizá sacudió los ánimos y energías durante el último Congreso de Astrología; luego un Mercurio en Cáncer que no para de hacer buenos aspectos y también los sextiles tan lindos entre los planetas en el Cangrejo y Júpiter.
(Ya he defendido cómo Cáncer no tiene un mal año… o reformulado: tiene, de hecho, un año muy agradable… y estos aspectos tienen también su parte de ver).
Empecemos con el lunes 26, que es todo un poema de día. Y no lo digo de muy buenas porque lo que ocurre es que se perfecciona la cuadratura entre Marte y Urano, de Leo a Urano y en el grado 21 (y con Venus no tan lejos).
Súmale que además vivimos un cuarto lunar y ya tienes el combo que reafirma las tensiones y accidentes, las roturas de aparatos eléctrico y hogareñas e incluso cierta violencia femenina o doméstica que ya anunciaba la cuarta de Cáncer.
De todas formas, tampoco te preocupes mucho porque —si te pasa como a mis alumnas, como a la gente que me rodea, o como a mí— muy probablemente ya hayas sentido este jaleo desde hace unos diez días. Yeah.
Pero bueno: Urano además, sobre todo en signo fijo, tiene un punto como muy machacón. Y como Leo tampoco se baja de la parra, pues ahí la gente pesada y con los egos hinchados a ver quién lleva más la razón.
Sigo.
El martes 27 y con el ingreso de Mercurio en Cáncer. A ver, que Mercurio en Cáncer como que ni fu ni fa, o sea, que anda peregrino y con motivo. Porque Mercurio tiene que ser frío y distante para los cálculos y raciocinios… y claro, en el Cangrejito va todo de memoria (que sí, buenísimo para aprender procesos y gestiones con intuición y basados en tradición y en el pasado… y también bueno para la terapia). Pero para otras cosas… pues que en seguida se hunde en su mundo emocional y ya no funciona tan bien.
Peeeeero… y aquí hay un pero muy generoso, es que Mercurio va a realizar unos pocos de super geniales chachi pirulísticos aspectos y eso le va a venir divino al planeta así como a la casa que te ocupe y todas esas mandangas. En seguida te los cuento porque pasan en esta semana.
Miércoles 28 y la Luna ya en Escorpio (joer, qué hice yo para merecer esto) y además el Sol le planta un trígono a Saturno, del Cangrejo a los Pececitos (por cierto, Saturno retrógrado o medio estacionario y venga a insistir en ese grado 7.
Yo no creo que Saturno le de muchas alegrías al Sol, pero el Sol lo mismo le da un poco de brillo a ese abuelito del tiempo y quién sabe si llegan noticias familiares, asuntos de padres, de viviendas, un proceso largo que recibe cierto tipo de apoyo o esa beca o estudio científico que se mueve en la dirección que queremos.
Además porque el viernes 30 se le suma Mercurio al trígono a Saturno: o sea, que asuntos de estudios, mascotas de casa, presupuestos para reparar que se confirman. Por un lado, con Mercurio y Saturno de buen rollete pues se puede estudiar que da gusto o plantarte y pegarle un empujón a tu tesis o doctorado o visitar al médico o al especialista.
Pero como Saturno mira un poco mal a ese Mercurio yo no descartaría alguna noticia un poco triste de un familiar cercano: en este caso hermanos o hermanas o primos o primas. O un poquito de conflicto en el barrio o en los desplazamientos. Un atasco de camino a ver a tu tía Puri.
Además, Neptuno se pondrá retro ese viernes: pero eso lo buscas en otro sitio porque yo no estoy aquí para perder el tiempo.
Vamos con el sábado 1 de julio, un día muy, muy, muy optimista y cuyas alianzas y cariños (muy tribales, muy de la familia, muy de esos amigos y amigas de la infancia y de esa familia escogida) debieras sentir por supuesto antes.
Entonces… Mercurio conjunto al Sol (yeah), Mercurio sextil a Júpiter y el Sol sextil a Júpiter. Todo por el grado 8 (anda, cangrejitos, no os quejaréis si cumplís años por la fecha).
El aspecto es tan chachi, tan amíguero, tan de crecimiento, optimista, protector y todo eso que bien se merece estudiarlo para hacer una elección en la fecha: estrenar algo, un negocio, una inversión, una buena comilona familiar, o un viaje o unos estudios (me decanto por estos últimos).
Maravilla para tu casa cangrejera, maravilla para Lunas y Soles por el grado 8 de Cáncer… pero también del Torito. Maravilla para Venus. Maravilla incluso para los planetas en Piscis que andan con Saturno pegándole los talones. ¿Ves? Por ahí se relaja el Cosmos y nos hace cosquillas.
Eso sí.
El Cosmos da una de cal y otra de arena y es cierto que el domingo 2 nos despedimos con otro aspecto tenso. El Venus en cuadratura a Urano, de Leo a Tauro.
Claro, como el cielo no es perfecto pues aquí esta discordia de la fiesta, los altavoces rotos, la cita que no funciona o que te pone en el dilema de la diferencia de edad, gustos o clases.
Por supuesto, Venus y Urano pueden promover cierto salto de normas estéticas, amorosas y de relación con su punto creativo y libre. Algo así como una manera nueva de enfocar estos temas. Pero plantéate si la libertad que buscas no es un poco impuesta —y al final, más que libertad es puro dogma (o sea signos fijos y Urano).
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El resto, te dejo que lo veas, experimentas, sientas en tu vida, tu carta y las de quienes te rodean. Recuerda que estos Astroboletines te llegan directos a la bandeja de entrada si te suscribes a la tribu —y que apuntarte es gratis y te llega un Manual de Astrología muy gracioso, con ejemplos, tablas y todo lo que te hace falta para seguirme y darle duro al Cosmos.
Tengo además un nuevo canal de Shorts en Youtube. Cada día (o casi cada día) algún delirio astrológico y por menos de un minuto. Para que aprendas conmigo y te sincronices con el Cosmos.
Ya te dejo. Mi tren rumbo a mi tierra (jaja, todo muy Cáncer) sale en seguida.
Cariños mil, feliz semana. Seguimos surfeando juntxs.
Emilio
Querido máster, ¿qué pasa si estos aspectos del sábado 1 sobre el grado 8 de Cáncer ocurren en oposición a un Sol en Capricornio en el mismo grado? ?Afecta? ¿O solo lo sienten los grados correspondientes de Tauro y Cáncer?
Qué granuja eres. Fíjate que hay textos babilónicos que dicen que la oposición tiene un punto de armonía /otras tradiciones dirán que son separativos. Pero bueno, en cualquier caso: algo se puede mover.
Por ejemplo ahora estoy comprobando como las sinastrías con más fuerza son aquellas donde se produce o bien conjunción o bien oposición (y si tiras del hilo, qué es la casa 7? Una casa de oposición y al mismo tiempo una casa de búsqueda del otro… pero aquí ya me puse más intensito y eso que no desarrollé toda la idea).