Venga, brujis: vamos al lío que la cosa está calentita. O mejor digamos: la cosa está Marte/Uranizada.
Ya sabes sabes que no me ando con rodeos —que la Astrología de la Escuela Cósmica y su Mochila Astrológica— no tiene pelos en la lengua y todo esto te lo cuento, mientras redacto estas letras, tenemos a la Luna saliendo de Libra y camino del novilunio, novilunio del lunes —en Escorpio.
Esta no es su posición más agradable —vale, ok,, de acuerdo, qué vamos a hacerle— pero es que ya estamos bajo los jaleos de las oposiciones entre Marte y Urano, que matizan la Luna Nueva del lunes y YA SE ESTÁN SINTIENDO.
Yo tengo a un amigo que ingresaron de urgencias, una consulta que se accidentó sin salir de casa; una alumna que me habla de la caída de su padre —ya no compro el discurso del Urano excéntrico, revolucionario y guay, me escribe y esto es algo que siempre señalo en mis clases.
Y ojo, que no es que quiera ponerme alarmista: mi amigo, por ejemplo, tiene una primaria dura, y el Marte afectado por tránsito —un Marte, que por cierto, le rige la casa 12 (la de los hospitales).
O sea: no todos tenemos viviremos el tránsito de igual manera. Pero puede notarse, ya lo anuncié en el Astroboletín anterior, cierta tensión en el ambiente.
Yo que ando ahora por mi ciudad natal me he topado con varias manifestaciones en el casco histórico. La atmósfera en el país se ha soliviantado y hay mucho disgusto general— el mismo Pedro Sánchez, presidente del país, con el Ascendente y Marte en Tauro, se está granjeando todas las enemistades posibles en su búsqueda de acuerdos (claro, tiene el eje 1 y 7 on fire) para la investidura, por cierto, parece que ya oficial.
En fin. Un poco de jaleo social —da igual por dónde vivas.
Pero ojo, que también tenemos alegrías: recuerda que Venus se ha domiciliado en Libra. Hay cariños, fiestas, invitaciones: incluso la Luna se le sumó por conjunción para que te dejara claro tu mensaje.
En mi familia recibimos a una nueva criatura (claro, tenía que cumplir en estas fechas, perpetuando la sinastría del linaje materno). Ayer me encontraba a otra vecina, Escorpio también, el hijo Escorpio; me daba la noticia del nacimiento de su sobrino: otro Escorpio de la fecha.
Decía mi maestra —y lo sé, que quizá me repito— que los signos de agua son los más memoriosos (terapéuticos y vengativos): y por eso Escorpio es reincidente, para bien y para mal. Recuerda lo de esta vida pero también de las pasadas.
Y ojo al dato que mi vecina está casada con un chico de Marruecos: recuerda que Escorpio tiene mucho que ver con el Islam y el Sol son figuras masculinas.
Y ahora sí. Vamos a destripar la semana.
Lo primero: el novilunio, novilunio, obvio. El lunes 13 con papas y a lo loco.
Luna Nueva en el grado 20 de Escorpio: o sea, Sol y Luna (de hecho, Luna y Sol) pegadizos por ahí. Con Marte mediante y la oposición de Urano.
En realidad ni la Luna ni el Sol están del todo conjuntos a Marte, se le acercan: y esto, brujis, implica que todavía tendremos una o dos alarmistas más durante la semana. De hecho, el cuarto lunar a primeros de la semana que viene me parece significativo.
Piensa que nuestras luminarias —ojalá no me ponga muy técnico— tienen bastante orbe: o sea, que lo que pasa se nota ya durante este finde, se nota el lunes… pero se notará también la semana que viene.
La Luna es la familia; el Sol, los dirigentes —también los papis, los jefes, la fama, el espíritu, los premios. Marte accidenta o se pone a inseminar, a correr con el coche y hacer deporte. Y Urano suelta chisporrotazos, alborota, se va a los extremos, gusta del futurismo, de rumiar ideas, de robótica aviación e informática.
Y como Escorpio es cabezón y melodramático —él te dirá que lo que es, es honesto y nada de frívolo, lo cual también es cierto— pues ahí ya tenemos el núcleo del mogollón: así que, si te anda por ahí algún planeta o alguna progresión importante, pues míratela.
Y ándate pendiente de los críos —los deportes y las escuelas. O los institutos. Al menos al principio de la semana. Que no se vayan a romper un brazo o torcer un tobillo. O tú queriendo ir a tus actividades y a punto de coger un bus metas mal el bien en un socavón.
Sigo. Porque hay también noticias muy chachis. O lo que es lo mismo: volvemos a Venus. Vente conmigo al miércoles 15 y a ese sextil dulce y cariñoso entre Mercurio en Sagitario y Venus en Libra. Yo lo quiero.
Por el grado 6 (de Sagi, de Libra) para amistades, colaboraciones, romantiqueo. Idiomas y excursiones. Cariños de hermanos. Citas. Encuentros literarios y viajeros. El placer en aprender: en comunicar, en lo artístico. Y en pasarte unos días en el campo. O regalarte un super masaje o una buena copa de vino. (no te quejarás, ¿eh?).
Además, la Luna todavía seguirá por Sagi —y feliz, así que aprovecha.
Más cosas. Luego tendremos a la Luna por Capricornio y por Acuario durante el resto de los días —y claro, toca vigilar uuuuuuna vez más, a ese Saturno en Piscis que apenas se despereza en el grado 0.
Por cierto, imagino que sabes que tengo un curso sobre Saturno en Piscis muy cañero que cubre todo el tránsito hasta febrero del 2026.
¿Sabías que Saturno en Piscis guarda ciertos correlatos con sus dos últimos tránsitos por el signo? Siempre mola y sirve analizar los ciclos previos para conocer sus efectos.
¿Y que el 2024 pinta como el más duro aunque un poquito de más mano ancha y liviandad tendrán los signos mutables? Sí, porque, de momento, en este 2023, Sagitario y Géminis andan más jodidos que Virgo y Piscis. En cualquier caso, probablemente el curso más completo de este tránsito.
Tienes toda la info aquí:
Curso de Saturno en Piscis con 4 clases grabadas. Son clases intensas: la que menos dura, son 41 minutos. La que más, 91. Por eso te digo que raro es que encuentres algo tan prolijo, práctico, ameno y profesional.
Curso con clases grabadas (o sea, todo lo anterior) y, además, una tutoría (encuentro vía Zoom).
Y como mi mejor publicidad son mis alumnos y alumnas, por aquí te dejo unas pocas de opiniones de la maravillosa gente apuntada. Así que si luego Saturno te pasa factura, se te rompe una tubería o te aprieta el zapato, que sepas que yo ya te avisé: aquí tienes la formación perfecta para que la suela del zapato sea más cómoda y sobre todo para contar con aliados en tu propia carta natal y en el cielo, usarlo en tus consultas (caso, ya te dediques a la Astrología) y sacarle partido a estos dos años que vienen.
Aparte, durante la semana, va a tocar echar un vistazo a los aspectos de Marte, esta vez un poco más suaves: relajando un poco la casa Aries, la Leo; y, obvio, la Casa Escorpio y Tauro. Y dando un empujoncito de ego y voluntad que puede ser muy beneficioso.
Sígueme. Viernes 17 y y Marte y el So en trígono a Neptuno desde Escorpio a Piscis. Pues vale, venga. Grado 25, todavía bajo los auspicios de Urano pero con un poquito de más espiritualidad, guerrerismo esotérico, natación, ballet, salsa, bachata, cine y encanto. Imagínate una sesión de Reiki poderosa, un tetha healing potente, un tarot que despierta pasiones, un sexo tántrico y sublime.
Obvio, yo también lo quiero. E imagina la acción de Marte —currante y profundo— puesto al servicio de un trabajo energético, compasivo o artístico. Si quieres contactar con las musas o acostarte con ellas (valen también los musos, que Neptuno no hace ascos) pues también me vale.
Claro, Sol y Marte van tan cerquita que acabarán juntándose el sábado 18 —este es un ciclo menor que tiene un nuevo pistoletazo en estas fechas—: para la voluntad, el emprendimiento, la asertividad, la búsqueda de independencia, el brillo, los viajes y hasta la espiritualidad (y más si Neptuno no anda lejos). Así que aspecto genial para cerrar la semana.
Grado 25, para que no se te escape y así puedas presumir de que fui yo quien te avisé.
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¿Alguna cosa más?
Esta vez poco más que añadir. O quizá, lo de siempre: que me ayudas MUCHO compartiendo, sumándote a la newsletter con el regalo del Manual de astrología, difundiéndome, regalándo(te) una sesión conmigo y por supuesto formando parte de mi Escuela Cósmica. Ahora con la nueva formación de Saturno en Piscis.
Recuerda que los astros inclinan, pero no obligan. Y que no te creas esto que te cuento ni mucho ni poco: bájalo a tu carta y a tu alrededor.
Y, por supuesto, que tengas una felicísima semana y si me ves por Málaga acuérdate de saludarme o regalarme un piropo, que soy muy bueno devolviéndolos. Ahoi, ahoi,
E.
Imagen de Pixabay
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