Soy Emilio, astrólogo profesional, y te ayudo a hacerle cosquillas al cosmos…

… para que el cosmos se ría contigo, te cuente sus secretos y te ayude a surfear las olas vitales

La Luna en Tauro. Sensorial y no tan confiada.

Durante esta última semana algunos lectores —o mejor debiera decir, lectoras— me preguntaron, sin ánimo de reproche, que dónde estaba el especial mensual que había prometido sobre la Luna en Tauro.

Mi respuesta fue sincera: estaba casi redactado, iba en camino, pero el artículo no cuajaba del todo y me quedaban pespuntes por rematar.

Supongo que se debía a este afán de perfeccionismo y despiste que por igual me azota cada vez que escribo, así como a sensación de que ya rondan demasiadas aportaciones en la red sobre las Lunas —sean taurinas o no.

Además, mantengo la superstición de que mis artículos se contagian del tema que trato y creo que esa era la clave del asunto. El especial no estaba maduro. No lo suficiente.

Y la madurez, si la entendemos como el momento en que el fruto se desprende del árbol para deleitarnos con su sabor, es un componente clave de esta Luna.

Todo fruto requiere de paciencia. Todo fruto aguarda. Entonces se convierte en un placer sensorial. Y esto no ningún eslogan de twitter ni de ninguna de esas tazas de café mañaneras, sino una verdad como la copa de un pino y que se ajusta cual guante —de seda, elegante, comodísimo— a nuestra Lunita en Tauro.

 

La Luna en Tauro. El calor y la humedad, o el principio de todo.

Ya vine anunciando que el propósito de estos especiales no es sólo aprender listas aburridas de la Luna en los signos, sino una excusa para profundizar un poco más en la Astrología y un intento de aportar un poquito de información nueva al respecto.

Vamos, que lo estoy armando todo para que no os quede otra que leer toditos los especiales, desde Aries a Piscis.

Y hoy, en concreto, vamos a hablar de un principio básico que se estudia en Astrología Clásica, en Espagiria y hasta en Filosofía. Me refiero al concepto de calor y humedad —y sus contrarios— que da origen a lo que se consideran las cualidades elementales.

Y vale que me podéis echar el puteo, que seguro que empezaréis que menudo plomazo de tema, que esto y lo otro, pero querides, curiosamente esto es de lo más fundamental que se aprende a la hora de acercarnos al cosmos.

Es más, la Luna en Tauro va de esto: de lo primitivo, de lo básico, de lo sencillo, de la primera división de la unidad; de aquello que toco, palpo, saboreo… lo que sostiene y que lo mismo al tacto se siente caliente o se siente frío…

Y sigo: se nos acostumbra a recetitas rápidas del tipo “5 Consejos para Venus retrógrado” o “Cómo sacarle ventaja a tu retorno de Saturno”; pero es que resulta que esto a la Luna en Tauro a lo sumo le entretiene o le despierta una sonrisa, pero ahí queda la cosa. Que esta Luna no está para chorradas, querides. Que esta Luna es poco crédula. Es hasta desconfiada. Sabe hacer muy bien las cosas y tiene más sabiduría que cuatro posts facilones de instagram.

De manera que comencemos…

 Ya destacábamos en el especial previo el concepto de las luminarias, de ese combo inseparable que forman el Sol y la Luna o la Luna y el Sol y que podían ser interpretados como fuente de luz y su necesario reflejo; energía y transformador; semilla y receptáculo; película y gafas para poder disfrutarla; mano que actúa y mano que es vista…

Las cualidades elementales definen a los planetas en Astrología Clásica pero también a los cuatro elementos.

Las cualidades elementales definen a los planetas en Astrología Clásica pero también a los cuatro elementos.

 

Se trata, por tanto, de los dadores de vida —al menos astrológicamente— y como tales son los creadores del resto de la cosmovisión planetaria.

Pues bien: esta creación se realiza a partir de dos cualidades. La del calor —representada por el Sol— y la de la humedad —representada por la Luna. O lo que es lo mismo, para vivir tiene que hacer el calorcito suficiente y la humedad suficiente. Y si no, se manda todo al carajo.

Con las mismas, y como la Astrología es tan matemática y pitagórica y chachipirulística, nos vamos a encontrar con otras dos cualidades básicas que no son más que la negación de las dos anteriores, esto es el frío —o ausencia de calor— y la sequedad —o ausencia de humedad.

Y así, a partir de este sencillo cuarteto básico: calor, humedad, frío, sequedad montamos todo el armazón planetario. Fijaos que os lo repito: TODO.

Esto supone que todos los planetas pueden ser descritos en función de estas cuatro cualidades y sus proporciones. Por ejemplo: Saturno es seco y muy frío —por eso nos niega la vida—; y Marte es seco y caliente —por eso produce cortes y separa; Júpiter y Venus van de templados —y se les considera planetas benéficos… y así, etcétera, etcétera.

El tema da para rato pero lo importante es entender que la Luna, dentro de esta cosmología, es pura humedad y la humedad es vida.

Atentos y atentas entonces a todas estas significaciones: es el agua, son los líquidos, es el océano, la fluidez. Es la elasticidad, la mezcla, la disolución, la variedad… Es la fusión con el otro y la otra. Es al adaptarme, rendirme, cambiar de forma, buscar la fisura para pasar del otro lado… Es la fertilidad, la savia de las plantas, la leche, el liquido seminal y la menstruación. Es la proliferación de hongos, el desparrame de células, la recepción del espermatozoide, la cueva mojada donde el óvulo agarra y se protege…

Supongo que no hace falta que insista—con toda esta riqueza de significados vitales— en la megaimportancia de la Luna en todo análisis de una carta natal y en su relación con la salud, los líquidos corporales, la maternidad, digestiones y la fusión con el ambiente; así como la vitalidad, su declive, dolencias y los años de vida de la nativa y el nativo.

Luna para cada análisis. Luna para cartas horarias. Retornos lunares para las revoluciones solares. Lunas progresadas o progresiones de la Luna. Y Luna y Luna y más Luna para toda la vida.

Ou yeah.

 

La Luna en Tauro. La Luna exaltada.

 Quien me sigue, quien hizo consulta conmigo, quien asistió a mis talleres, sabe que soy un pesado con esto del estado cósmico y las regencias de los planetas; esto es: hay planetas que funcionan mejor en un signo y peor en otros y, según esas afinidades, se consigue interpretar de manera mucho concreta y sensible los aspectos generales y toda la carta del nativo o la nativa.

Bien. Pienso hablar de la Luna y sus dignidades —domicilio, destierro, peregrinaje y toda la mandanga— en el siguiente especial. De momento quedaos con eso: la Luna en Tauro está en una posición que se conoce como exaltada. Y esto, incluso si no queréis acordaros del nombre, es muy, muy, muy bueno.

Fijaos de bueno que es que en Astrología Védica se le considera la posición más beneficiosa para la Luna. E incluso existen tratados antiquísimos que concretan un grado exacto para que ya sea el remate de los tomates: la Luna en Tauro en el grado 4. Interesante, ¿verdad?

¿Significa esto que quien nazca con la Luna en Tauro tiene la vida resuelta? ¿O que, si encima la tiene en el grado 4, salud, dinero y amor a tutiplén asegurados?

Pues por supuesto que no. Como siempre habrá que ponerlo en contexto , o sea, vuestra carta. También es verdad que una Luna en Tauro tiene su caché, querides —os lo dice alguien con la Luna en Escorpio, signo contrario, mala posición para nuestro satélite— pero siempre será necesario analizar qué aspectos recibe, qué casa ocupa y cómo se encuentra Venus, su regente. Así que no os embaléis con las interpretaciones atropelladas y generalistas y usad un poquito de sentido crítico.

Recordad también, porfa, que la Luna no son los horrores y miedos de nuestra madre. Sí puede conectarnos con miedos ancestrales y toda la mandanga (el Fuck or Kill, el instinto de supervivencia). Pero no la limitéis a eso. Es mucho más rica.

 

La Luna en Tauro. Domicilio de Venus. Tierra. Fija.

También conté en el primer especial que cualquier análisis astral se hace juntando una serie de ingredientes y removiéndolos en la cazuela. Como preparar un sabroso potaje o mezclar colores hasta dar con el color deseado (ambas analogías muy luneras y taurinas).

En este caso que nos ocupa, pues tendremos:

Luna + Tauro.

Y el arquetipo de Tauro, a su vez los subdivimos en:

Venus, por regir al torito. Y a la tora.

Fijo, por ser su modalidad.

Tierra, por ser su elemento.

Entonces…

Bueno, de la Luna ya hemos enumerado un montón de analogías: desde zona de confort a reacciones automáticas pasando por el refugio, la forma de cargar las pilas, de protegernos… pero recordad también, como hemos visto hoy, que es dadora de vida, significadora de salud, de líquidos, de fusión con el otro, de adaptación, de empatía, flexibilidad…

¿Qué más?

Venus: es el goce, la risa, lo placentero; el cobre y las turquesas; los eventos, el arte, las relaciones, los huertos, la armonía, las amistades, las aficiones; lo venéreo, la elegancia y los gestos delicados y, cómo no, el amor.

Fijo: lo fijo es quietud, permanencia, raíces, carrera a largo plazo, obstinación, concentración, reflexión, lentitud, rutina, resistencia, perseverancia.

Tierra: lo práctico, lo tangible, lo concreto, lo reservado, que se materializa, lo racional, lo realista, comedido, lo relativo al cuerpo y las necesidades básicas (el comer, el cagar, el dormir, el follar).

Tauro: el cuello, por mencionar una parte del cuerpo que rige.

A partir de ahí, pues todo consiste en tirar del hilo:

— Podemos, por ejemplo, deducir que una Luna en Tauro no es de reacciones rápidas, sino que tenderá a cierta lentitud, reserva, moderación. Antes de lanzarse a seguir un impulso evaluará de manera sabia las consecuencias de este, el posible éxito, sus materializaciones.

— Con las mismas, tendrá una manera de acercarse y relacionarse con el ambiente con cierto recelo —esa desconfianza / autosuficiencia que mencionábamos al principio. Sí, puede ser cariñosa, sí puede ser muy disfrutona, unas risas por aquí, otras por allá —a fin de cuentas su regente es Venus y por tanto hay un componente alegre y guasón— pero que no le cuenten trolas a esta Luna ni le cambien su esquema ni esa visión a menudo muy sabia y viejuna que posee de la vida.

— Tened en cuenta, querides, que la tierra es un elemento con toques un poco solitarios y autosuficientes, a lo Juan Palomo, yo me lo guiso y yo me lo como. Conviene por tanto, por ejemplo, diferenciar a una Luna de Tauro de una en Libra. A ambas las rige Venus pero la Luna en Tauro se las puede ingeniar y pasársela bomba a solas, mientras que la Luna en Libra si se pasa un día sin salir a tomarse una copa o a cotorrear en un evento, revienta de pena. Esta Luna en Tauro es por tanto más quieta —naturaleza fija— y, de hecho, más casera, cocinillas, maternal y nutritiva (exaltación).

— Esto último nos engancha con la manera que tiene de cargar las pilas: habrá necesidad de cierta tranquilidad —compartida o solitaria— y además de cubrir sus necesidades básicas con ciertas dosis de placer. Por eso, el nativo o nativa de Luna en Tauro puede buscar cada tanto la comodidad de la siesta en el sillón o la ritualística de una mascarilla facial o las delicias de una copa de vino con una tablita de queso manchego.

La Venus del Espejo, de Velázquez y sus redondeces y comodidad a lo Luna en Tauro

La Venus del Espejo, de Velázquez y sus redondeces, sensualidad y comodidad a lo Luna en Tauro.

 

Obvia decir que con tanto picoteo sabroso y gusto por llenar la bañera o disfrutar con la mantita una peli de Netflix, estos nativos o nativas pueden tener tendencia a engordar o emrobusterse. O sobre todo a retener: se retienen líquidos, se retienen costumbres, se retiene el azúcar, se retiene la celulitis… Que para eso es signo fijo.

Y de nuevo conviene diferenciar a la Luna en Tauro de la de Libra. Sí, sí, a ambas las rige Venus y les puede dominar la indolencia y acusar redondeces: pero la primera es de tierra y fijo —el cuerpo, lo femenino, lo que retiene— y la otra es de aire y cardinal —mucho más activa, en movimiento y, además, alargada (pues lo cardinal alarga las formas… ¡ay, cuánto por enseñaros, querides!).

 

La Luna en Tauro. Listado de cualidades, virtudes y defectillos.

Ahora sí, una lista con adjetivos que podéis añadir a este collage lunar.

La persona con Luna en Tauro puede ser: realista, conservadora, tradicional, protectora, segura, firme, estable, comodona. Como no es Luna de riesgos y, ya lo hemos repetido, cuenta con una sabiduría milenaria y práctica, suele tener mucha intuición para asuntos de dinero, compras, ventas, adquisiciones… o podríamos llamarlo una suerte de fertilidad que hace que eso que le ocupe florezca y abunde. Lindo, ¿no?

Se trata de una Luna de talento creativo o artístico aunque no sea consciente ni alarde de esto ya que lo vive de una manera muy natural y sencilla. Puede ser dotes cantores, para la pintura, para el teatro o para combinar ropas, ingredientes o personas en una oficina.

Pensad además que cualquier planeta personal emplazado en Tauro —en este caso la Luna— dispone de una seguridad que no busca aplauso ni la aprobación de lo que le rodea —como sería el caso de signos de fuego.

Cuenta además esta Luna —o los nativos y las nativas con esta posición— con una memoria buena y fiel donde se rinde tributo al pasado, a las personas mayores sabias y a la tradición. De hecho, si esto lo trasladamos al mundo de las relaciones y el entorno, veremos a personas fiables, que conservan amistades, parejas, costumbres, trabajos por años y años o por toda la vida.

Esto no es más que un atributo inherente al elemento fijo, querides: la fidelidad. Lo que pasa es que en Tauro se manifiesta con más fuerza que en el resto de sus compañeros (Leo, Escorpio y Acuario) debido a sus carácter afable, sosegado, tranquilo y poco dado a lo polémica. Es más, me atrevo a afirmar —y espero que los compis y las compis astrólogos no me fusilen— que Tauro es el signo más fijo entre los fijos.

Por supuesto, tanto echar raíces y necesidad de estabilidad y rutinas placenteras tiene también contraindicaciones que van más allá de unos kilos de más o unas caderas anchas. Así, nos encontramos con mucha —demasiada— testarudez, con torpeza en situaciones de riesgo o de decisiones rápidas, con falta de curiosidad, adicción a la monotonía, hermetismo emocional y un materialismo enfermizo, casi avaricia.

Claro, si hacemos sinastrías o simplemente queremos ver un poco cómo se lleva una pareja o miembros de la familia o un equipo de trabajo —da igual— resulta obligatorio —un MUST gigante— evaluar la calidad de sus Lunas. Imaginaos la guasa y el desajuste y el cachondeo entre dos personas con sendas Lunas en Sagitario y en Tauro. A la primera, el mundo le parece un tesoro de posibilidades que explorar; a la segunda, su casa y sus rutinas y sus posesiones le parecen ese mundo a explorar. La primera pretenderá largarse cada finde a hacer autoestop hasta donde les lleva la suerte; la segunda preferirá organizar su sábado y domingo sin riesgos, con un punto casero, buena comida, cierto toque cómodo y repetitivo.

Y ojo que esto no es ni mejor ni peor. Pero analizar estas Lunas nos puede ayudar a entender(nos) y a mejorar las dinámicas con el entorno —sean pareja, colegas, hijos, hijas y demás.

Además, comentaros que además de relaciones estables, esta Luna taurina puede pecar a veces de muy posesiva e incluso celosa —celos que ocultará con una sonrisa, incapaz de dar su brazo a torcer. Algo así como la madre que prepara los platos más deliciosos, que tiene la estufita más calentita en el salón, que te lleva el chocolatito caliente al sofá… y luego te da la manta para que te eches allá la siesta… y nunca te vayas y te quedes para siempre con ella.

 

La Luna en Tauro. Plantas, baile, masaje. O cuando transita por allá. 

A ver. Obvia decir que no soy psicólogo ni por asomo, aunque ahora puedo presumir de estar asistiendo a unos cursos de Verhaltenstherapie —algo así como terapia cognitiva/conductual— que me subvenciona el Senado alemán y que van destinados a darme herramientas para usar durante mis clases. Los talleres van dirigidos a la enseñanza y principalmente con críos y adolescentes.

También es verdad que en mis consultas pasa gente de todo tipo, gustos y colores, se habla de esto o de aquello y de lo de más allá, y se crea un ambiente muy bonito, íntimo y confesional. Vamos, que podría casi compararse con el diván de una consulta terapéutica.

Me encuentro entonces con nativos y nativas que tienen la Luna en Tauro y se me quejan de falta de autoestima, de una paciencia alborotada, de torpeza artística o de repulsión al contacto físico.

Mi respuesta es siempre la misma: no conviene creerse ninguna definición al dedillo —por supuesto, las mías tampoco— y sobre todo conviene analizar la carta en conjunto. Lo que siempre os digo: lo mismo la Luna está exaltada pero quizá tiene aspectos de bloqueo, se encuentra en una casa astrológica jodida y encima vive un mal tránsito… O sea, hay un montón de motivos y matices en cada carta natal.

Pero claro, por otro lado, la Luna es de lo más importante de la carta y su energía tiene que expresarse, salir al exterior, aflorar, provocar situaciones… de peor o mejor manera. Pero salir tiene que salir.

He visto por ejemplo a nativos y nativas incapaces de satisfacer sus necesidades taurinas —desde comprarse una buena chaqueta a gastarse un montón de plata en un collar porque lo encuentran bonito— y que sin embargo se desviven y se vuelven generosos y de un gusto sublime cuando se trata de nutrir al otro u otra.

O que alternan periodos de pura indulgencia y cachondeo con remordimientos y culpa: por echarse la siesta, por comprarse ese perfume, por no ser lo suficientemente activos, por sucumbir a un atracón de dulces.

O por ejemplo: en algunos talleres pongo a dibujar a los asistentes y resulta que, sin haber asistido ni a un puñetero curso artístico, las Luna en Tauro me muestran dibujos gráciles, lindos, armoniosos. Sin embargo, cuando se les pregunta si tienen algún talento estético en seguida reniegan. Luego, escarbando, de pronto resulta que cantan —o tenían a una abuela cantora— o guardan en el cajón de un viejo escritorio acuarelas de la niñez o esos pantalones que llevan los cosieron y arreglaron y embellecieron… pero claro, eso no es talento alguno.

Se puede hablar mucho de esta Luna y su necesidad del tacto, de lo material: tengo alumnos y alumnas en el cole con esta Luna y escriben con letra redondeada, pulso firme y subrayados ondulados en diferentes colores.

O de su conexión con el cuerpo: gente que no tolera que los toqueteen pero luego se apuntan a un curso de masaje y descubren que ellos son los que quieren acariciar al otro o a la otra.

Al final, todas estas actividades y manifestaciones de esta Luna en Tauro apuntan a posibles consejos para quienes querais conectar con ella: la tengais en vuestra carta, o esté sucediendo en el cielo.

 

Luna en Tauro. Imágenes del Symbolon que pueden ayudarte a conectar con ella.

Luna en Tauro. Imágenes del Symbolon que pueden ayudarte a conectar con ella.

 

Podéis bailar, apuntaros a biodanza o cualquiera de esas mandangas; meteros en una saunita, tumbaros en una hamaca o pedir un potaje take away de un restaurante cinco estrellas.

Podéis llenar la casa de macetas, cultivar un jardín, pasear descalzos y descalzas, practicar una técnica de enraízamiento muy interesante llamada grounding o simplemente dar un paseo por un parque cercano.

Escuchar música clásica. Asistir a un taller para crear cremas, jabones o perfumes. Llenar la bañera. Meditar —la meditación, más allá de la pátina espiritual que queramos ponerle, es extremadamente taurina. Dibujar a la Emperatriz (el arcano III) y al rey y la reina de Pentáculos. Descorchar un buen vino. O, en definitiva, encontrar actividades que os den placer y tranquilidad: y por placer entendemos que involucre a los sentidos, siendo el tacto o el gusto los más potentes.

¿Quedó claro, toritas y toritos? Pues a comentar ahí abajo de vuestras Lunas en Tauro, de las Lunas en Tauro que os rodean, de qué opináis de este artículo… y en un mes regresaremos con esa Luna variable, viva y escurridiza. La Luna en Géminis.

Ahoi.

***

Y ahora sí, lo de siempre: ando por facebook, instagram , youtube y twitter y que me ayuda un porrón que compartáis por aquí y por allá mis artículos.

Además, como siempre, las gracias. Las gracias, gracias, gracias. Danke schön. A quien me lee, me comparte, se atreve con mis mega coachings/consultas, me escribe por privado, por telepatía, se apunta a mis talleres, me hace cosquillas virtuales y toooooda la demás mandanga.

Nos leemos pronto. Nos hablamos. Nos vemos.

Emilio

 

Imagen de Darkmoon_Art en Pixabay. Depósito de Wiki y también mías.

 

 

 

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15 Comentarios

  1. Muchas gracias Emilio por el especial de Luna en Tauro.
    He visto muchos vídeos sobre luna en Tauro y leído sobre ello, pero ninguno se acerca a lo que has expuesto.
    Mi luna en Tauro, salva mi carta con algo de tierra llena de aire y agua, y un poco de fuego.
    En la casa 8 quizás no esté de lo mejor, pero es verdad que cuando me ha dado por cocinar, la gente me dice …”pero ¿dónde has aprendido?,…digo, “pues nunca antes había cocinado” …

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    • Qué bonito, David. Pues muchas gracias. La Luna en la casa VIII no es que esté en su mejor posición (digamos que no nos gustan los planetas en la VIII) pero menos da una piedra. Seguro que realiza algún aspecto bonito, por ejemplo a la casa X o la IV y en cualquier caso es una Luna fuerte, sólida, estable… con conocimientos algo ocultos, claro, por su emplazamiento… Por eso puede ser que los talentos cocinillas te resulten un tanto extraños y al mismo tiempo innatos.

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  2. Sinceramente quedé en shok al leer tu artículo, es sombroso, podría jurar que hablabas de mi 🤣 Yo nací un 20/10/75 a las 2:45 de la tarde; en Maracaibo, las tierras calurosas de Venezuela, por tanto, soy libra, con asc en acuario, y luna en tauro. Creo que a partir de hoy, valoraré más mi luna taurina😍 Gracias por tu dedicación y tiempo dedicado a escribir. Saludos

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    • Qué lindo, mil, mil, mil gracias.

      A ver, toda Luna tiene que ser analizada y tomada en cuenta: es una de las luminarias, una de las bases creadoras de la cosmología astrológica!

      No conozco tu carta. Pero a lo mejor con el Ascendente en Acuario tienes la Luna en casa IV (que es casa angular). Se así o no, recuerda que las cuatro casas angulares, sus cúspides y los planetas que contienen e incluso los aspectos que reciben son también clave en cualquier carta natal.

      Saludos de vuelta. Hasta Venezuela o donde sea que te encuentres.

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  3. ¿No se notó en mi comentario que mi lunita bella es pisciana, la más maja jamás concebida por el cosmos? Jajaja. Yo me convertí en seguidor mochilero cuando leí tu texto sobre la Luna en Piscis, en particular cuando dices que esta luna es “todas las abuelitas del universo”. Después de mearme de risa, mojar la cama y tirar el colchón, me quedé días pensando en esa frase.
    En fin, yo tengo Tauro sin planetitas ocupando casa 12 pero Virgo y Capricornio sí están habitados. Supongo que el asunto obliga a una compensación de ese espacio faltante. Tauro es una experiencia que me ha costado cristalizar. De todos modos, no es cuestión de ponerte a trabajar. Haré mi cita para un coaching mochilero en breve y te exprimiré en lo posible. Eso sí, vete preparando. Mi carta no es nada fácil. Cuando empecé a tomar cursos de astrología (confinamiento de los cojines persas mediante) y comencé a ver lo que había ahí y reconocer que era una especie de espejo, quise correr en sentido contrario, pero ya era inevitable. Lo que más me sorprendió fue la información sobre la infancia y ciertos rasgos de carácter muy marcados. En fin, ya nos veremos en pantallas digitales. Saludos, señor Mochila, se atiende más de lo que usted cree leyéndolo.

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    • *entiende

      Responder
    • Grande Edgar. Pensé que podía ser una Luna en Piscis pero como justo me preguntaba más por gente por esa Luna, a punto del plenilunio, ya me despisté. Es una buena Luna, Luna de agua, Luna mutable —algunos autores defienden que las Lunas mutables se ajustan más al carácter cambiante del satélite.

      Piensa que además, esa Luna en cualquier caso recibe requetebien a cualquier planeta en Tauro: los recibe por exaltación, luego aquí ya tienes una clave de la aparición de personas con Sol o Luna en ese emplazamiento. Si encuentras a alguien que tenga a Júpiter en Tauro ya te toca el premio gordo.

      Nos vemos pronto por aquí y por allá. Gracias.

      Responder
      • Guao! Qué generoso comentario sobre mi Luna y su relación con Tauro. Es una información muy valiosa. Gracias miles!

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        • A darle duro, Edgar. Eso sí, te tocará esperar un ratito como a todo lo que se tiene en Piscis: que llega de los últimos con esta idea de pérdida, disparate y también sacrificio (alcoholizado y fiestero).

          Responder
  4. Tengo Luna en Tauro Sol en Acuario Ascendente y Venus en Sagitario y lo pasé de rechupete durante el encierro: leyendo, pintando, tejiendo y viendo pelis de misterio. Y siguiendo la política muy de cerca (soy periodista y sociologa) con mis amigos por FB.
    Tengo Luna 24 Tauro Casa VI opuesta a Júpiter casi partil ¿qué me puedes decir de este aspecto? Es el que menos entiendo de mi carta

    Responder
    • Fíjate que mencionas una cosa muy curiosa: lo del rechupete de tu encierro. La casa 12 concretamente es escenario de soledad y encierro y, ojo, que es una casa donde el encierro puede ser un hospital y una desdicha pero también un retiro budista, una preparación de unas oposiciones o simplemente un disfrute solitario (es casa de Venus en orden caldeo).

      Así que allí tienes pistas.

      Esos planetas van a vivir una configuración interesante sobre marzo o abril del año que viene y puede que vuelvan a cobrar protagonismo.

      Muchas gracias por pasarte por acá.

      Responder
  5. ¡Señor Mochila, chapeau! No tengo a la luminaria en ese privilegiado signo pero a lo largo de la vida he terminado siempre conectando con gente con Sol o Luna ahí encajados. Antes aparecían más soles. Y ahora me doy cuenta de personas notables en mi vida con lunas en Tauro. Sin sumar ni restar mucho entran fácilmente en este cuadro tan bien pintado. También pasa que son lunas casi de manual, casi que puras y exactas según la teoría. En fin, que este texto es una joya. Claro, no tan espectacular, maravilloso y excelso como el de la Luna en Piscis. Jajaja. Debería usted pensar en publicar un libro sobre lunas o sobre la materia astrológica que se le antoje. Y esto va taurinamente en serio.

    Responder
    • Querido, como siempre un placer: sería interesante buscar en tu carta qué aspectos resuenan con esa Luna (por ejemplo tu propia Luna) o qué casa te ocupa Tauro y toda la mandanga ya que eso que “me viene de fuera” suele tener una resonancia “con lo que tengo dentro” (o sea, con la propia carta natal).

      Y sí, llevo coqueteando con esa idea de montar un tallercito o un pdf o un librito astrológico lunar o no. Así que mil gracias por el empujón en ese rumbo.

      Firmado, señor Mochila.

      Responder
  6. Me encantó, en mi carta, tengo la luna el Tauro y el sol también. Soy tauro y mi ascendente cáncer. No he tenido mucha suerte en el amor ni las finanzas, pero creo que ha sido por mis propias inseguridades, las he estado trabajando y creo que me voy aproximando a conseguir lo que realmente he sonado, me he atrevido a cosas a las que nunca me había atrevido, como escribir un libro. De verdad me fascinó tu artículo. Gracias.

    Responder
    • Creo que Cáncer y Tauro se entienden requetebien y son una combinación muy armónica para la carta: muy dominada por la Luna, claro, con sus posibles altibajos y ciclos. Pero bellísima combinación. En lo artístico, en la calidez, en lo maternal, en lo hogareño y un montón de valores muy cojonudos.

      Gracias por pasarte por acá.

      Responder

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