Soy Emilio, astrólogo profesional, y te ayudo a hacerle cosquillas al cosmos…

… para que el cosmos se ría contigo, te cuente sus secretos y te ayude a surfear las olas vitales

Boletín Astrológico: del 1 al 7 de junio 2020

A ver… ¿por dónde empiezo? ¿Empiezo por compartir lo contento que estoy ya que se me volvió a llenar el taller de junio? ¿O menciono que por fin parece que llegó el calor a Berlín? ¿O que en mi tierra, en Malaga, pasaron a la fase 2 y mis padres y mi familia y mis hermanos y mis amigos por fin podrán ir a la playa a darse un baño? ¿O menciono el eclipse del viernes? Que tampoco es para tanto, pero eclipse a fin de cuentas con sus apretones emocionales por ser eclipse de Luna

Como veis, de una u otra manera, hay noticias y más noticias; en general positivas. Espero que de donde sea que me leáis también haya luces y otras estrellas fijas con las que sostenerse y sentirse a gusto a diario.

Yo, puesto a dar gracias, tengo que dárselas a todos los alumnos que se han apuntado al taller del martes —no sólo eso, me quedan varios mensajes a responder a personas que se han quedado fuera; algunos ya conocidos de otro taller o por haber pasado por mi consulta y que quieren aprender este lindísimo lenguaje simbólico. ¿Quién sabe? ¿Será que me animo a armar otro taller antes de que se acabe el verano?

Mi idea era darme un descanso —un descanso astrológico y, a lo sumo, organizar algún taller de un día, de media tarde, algún especial sobre temas muy concretos. Pero ya veremos. En cualquier caso: gracias, gracias, gracias y más gracias.

Esto de dar talleres es casi tan chulo como leer un tema natal y es que me obliga a formarme continuamente, a aprender mientras os enseño y a romper esquemas mentales que se van sedimentando —el jueves pasado, sin ir más lejos, mis alumnas y alumnos me plantearon lecturas super creativas. Recordad que los manuales de Astrología sirven como asidero, como estructura, como recurso de consulta pero tenéis que dar un salto más allá —un salto yo diría que pisciano, donde captado el lenguaje simbólico, vosotros os atrevéis a crear vuestras propias interpretaciones y manifestaciones.

Y ahora sí, al lío. Al lío, porque la semana viene con su plenilunio, plenilunio —esto es, una Luna Llena— pero eclipsada, lo que viene a matizar o a espolear el eje Géminis/Sagitario de vuestra carta. Eso por un lado.

Además, Marte desde Piscis andará muy presente —no es un Marte muy nocivo; o sea, no tiene la intensidad ambiciosa de un Marte en Escorpio, ni la agresividad de un Marte en Aries ni la mala follá de un Marte en Cáncer. Pero sí despista, encaotiza, arremolina las emociones y, en definitiva, experimentaremos mucha cuadratura mutable esta semana. Recordemos que la modalidad mutable, si bien es flexible, tiende a la indecisión y a irse por los cerros de Úbeda, y si de A a B hay 10 kilómetros y se tarda en línea recta una horita de paseo, con la mutabilidad celeste, el trayecto se convierte en un camino de zig zags donde nos demoramos todo un día y cuando llegamos nos hemos olvidado el objetivo que nos trajo allá.

¿Se entiende?

Empecemos con la noche del martes 2 o la madrugada del miércoles 3, según por dónde andemos. Ya con la Luna en Escorpio hallaremos una cuadratura entre Venus y Marte, de Géminis a Piscis y sobre el grado 13.

Fijaos que el baile entre Venus y Marte siempre ha tenido connotaciones sexuales y parejiles y se puede entender por qué. Venus seduce, se adapta, templa y disfruta. Marte mete caña, quiere currar, acelera las hormonas y estimula la adrenalina. Son una suerte de yin y yang, de hombre y mujer, de polaridades que bien conjugadas divierten, estimulan y se lo pasan muy bien en la cama.

Claro, en este caso tenemos una cuadratura —cuadratura mutable, además— porque los signos son de esa naturaleza: Venus en Géminis, dispersa, dual, intelectual, amante de la comunicación y del conocimiento a veces superfluo (y retrógrada, no olvidemos que Venus anda retro); y un Marte en Piscis algo sufrido, seductor, inseguro, defensor de causas perdidas, inspirador, artístico y voluble. De hecho, la mutabilidad tiene eso, la volubilidad, y sobre todo en el elemento aire y agua de estos signos.

Eso implica una semana o unos días —para aquellos sensibles a esta configuración y al eclipse que queda muy cerca— donde uno tenderá a atacar o a embarcarse en varios frentes —Marte— artísticos, sentimentales e intelectuales —Venus en Géminis. Eso podría ser una interpretación.

Otra manera sería de gastos abruptos, hobbies, seducciones agresivas. Un lanzarse de manera un tanto despistada a recuperar un gusto o relación antigua (por esto de la retrogradación).

También podríamos pensar en ataques —Marte— a lo femenino —Venus; en ciertas prisas, en cierta sobreexcitación… y más si tenemos en cuenta que luego, con el eclipse, la Luna andará involucrada.

Venus recibe muy bien a ese Marte, se empodera de él así que al final quizá no sean ataques sino mujeres revueltas, intelectuales, artísticas y un tanto peleonas. Una hermana que pinta y hace performances; unas ganas tremendas e impulsivas de reeler dos viejos libros; un ex amante que nos contacta con reproches pero que lo que desea es volver a vernos.

Y todo sobre, como os dije,  por el grado 13.

Y es muy guay tener en cuenta este grado porque justo allí, también el miércoles 3, se juntan Sol y Venus —siempre en Géminis y nos regalan noticias, invitaciones, reconocimiento, honores, coqueteo, brillo y disfrute. Quizá lo vivamos a través de la pareja —Venus— o de un hermano —Géminis—  o un vecino —Géminis— o un pariente cercano de nuestro entorno

Sigamos. El resto aspectos más relevantes se acumulan conforma avanza la semana. Por un lado, está el viernes 5.

El viernes es el día del eclipse. Ese día, además, hay un sextil entre Mercurio en Cáncer y Urano en Tauro: no está mal, sobre todo para que Cáncer se desapegue un poquito, se salte un poco más las normas de la tradición y busque recetas veganas y álbumes de fotos ecológicos para su próximo evento casero.

Horas más tarde del sextil se da el plenilunio. Esto es, una Luna Llena. Esto es, Luna y Sol enfrentados. Esto es, Luna en el grado 15 de Sagi; Sol en el grado 15 de Géminis. Esto es: una oposición, un tira y afloja, un pongámonos de acuerdo. Un emociones versus brillo e identidad. Esto es: reacciones primitivas y regresivas versus integración, consciencia y toda este remolino new age. Esto es: aullarle al cielo sin perder la compostura. En fin, un plenilunio, plenilunio.

Lo que pasa que este plenilunio —tenéis, por supuesto, que mirar qué os cae por la zona y el eje Géminis/Sagi— coincide con un eclipse. Y como el eclipse acelera, aprieta, arremolina, empuja, os tira por el tobogán y vuelve a pisar el acelerador en un momento inesperado— pues puede ser que los efectos se sientan más intensos que los otros plenilunios de los meses anteriores.

Ojo que la lunación tiene a Marte presente, el mismo Marte que ya vapuleó a Venus —o que se dejó vapulear por Venus, según se mire— y que refuerza esta mutabilidad del cielo, emociones encontradas, mujeres y hombres enfrentados e imagino que un montón de significados ya relevantes para Astro Mundial. Yo no hago Astromundial. Yo sólo os digo que, mejor que pelearte con la pareja o dar unos gritos en casa, puede ser ponerte a saltar a la comba, refugiarte en una lectura salvaje, matarte a pajas —ya que Géminis son las manos— o doblar las clases de alfarería.

Repito: Grado 15. De Sagi. De Géminis. Y puestos a tirar, también de Piscis y de Virgo. Y repito más aún: ni los efectos son inmediatos ni os obcequéis con esto de que un eclipse os va a cambiar la vida.

[Os aviso además, que tenemos eclipses para rato. Que en un par de semanas tenemos otro y otro. Yeah. ].

Finalmente el sábado 6, el Sol y Marte cuadrarán de manera partil.  Este aspecto ya está muy presente durante el eclipse y durante toda la semana… Mucha, mucha, mucha duda. Muchos frentes hacia los que apostar. Muchas direcciones. Mucha irritabilidad. A los que seáis más flexibles y mutables quizá esta energía os resuene y os permita cierto multitasking efectivo; el resto de nativos quizá se sientan en un sinvivir de retrasos, inconvenientes, de líneas oblicuas, vueltas en remolino, desvíos y nuevos cruces de camino.

Pero bueno, todo pasa y todo cambia, ¿no? Que ya lo cantaba nuestra Violeta.

***

Ya está. Eso fue. Y ahora lo de siempre…

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Feliz semana, gracias a los que os habéis apuntado al próximo taller —y a todos y a todas que os habéis interesado por él. Que tengáis muy feliz semana, con eclipse, cantando a lo Violeta Parra y con lo que os salga de las narices.

Nos leemos pronto, nos vemos en los talleres, abrazos, abrazos.

Emilio

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