No sé cuántos conocéis Berlín, la habéis visitado o vivido pero os prometo que en esta ciudad, cuando llega la primavera y, por supuesto, el verano, uno se vuelve loco, loco de remate. Como un tránsito de Urano con un pelín de alergia, parques, parranda, chorradas y gustirrinín.

Lo digo porque ya arrancó el buen tiempo. Ayer brillaba un solazo de la hostia y mis amigos andaban de manifestación y bicicleteo. Y yo, yo quiero estar en todos lados.

Uno de los lugares en los que quiero estar —sólo un ratito, que conste— es aquí, en mi balcón en Neukölln, escribiendo el Boletín. Es un Boletín muy colorido como todo el mes de abril. Fijaos que Mercurio ya funciona a su velocidad habitual, pero poco a poco, otros planetas empiezan su retrogradación. Y como la semana pasada tuvimos ese novilunio tan poderoso y un tanto trastabillado, vamos a poder ir comprobando si contamos o no con la paciencia, la flexibilidad y la resistencia para conseguir nuestros objetivos.  

Pero pasemos al análisis…

El primer aspecto lo encontramos el miércoles 10. Se trata de una conjunción que, desde hace un tiempo, repetimos, por lo menos, una vez al año. Muy bonita. Muy aterciopelada. Y también empalagosa. Me refiero a la conjunción entre Venus y Neptuno en el signo de Piscis, esta vez en el grado 17. Como un pastel gigante de merengue, un coro sirenas voluptuosas o una siesta esponjosa en una cama con forma de corazón.

Este aspecto muy creativo, hay que decirlo. Muy amoroso. Empatiquísimo. De amor universal. Recordad que Venus en Piscis se encuentra exaltado; el planeta da todo el cariño que tiene pero a veces se pasa, se pierde, se enreda, tan propio de Piscis. Creo que andamos viviendo unos días muy inspirados, con conexiones muy bonitas, ángeles que nos visitan sin presentarse y luego descubrimos en un rincón de la casa alguna pluma perdida. De hecho, la semana pasada hablábamos de esta poderosa conexión con otras realidades. Pues esa energía se mantiene esta semana, muy romántica, muy artística.

Llevándolos más a un plano personal, podéis buscar si tenéis algún planeta o punto sensible de vuestra carta por la zona. También si sois de los que cumplís alrededor del 8 de marzo, porque tenéis a Neptuno encima, acuoso, disolvente e imperceptible. La conjunción con Venus podría traer premios, elogios, regalos y ganas de bailar.

Ojito que el miércoles también tenemos un aspecto bastante duro. Saturno cuadra al Sol, desde Capricornio a Aries. Aquí lo interesante sería hacer una llamada a los arianos que cumplen por la fecha: el aspecto podría debilitarlos, volverlos cascarrabias, enfrentarlos a la paternidad o a la enfermedad del padre o animarlos a estudiar latín antiguo. Ya sabéis que Saturno es muy restrictivo y no tiene muchas ganas de flamenco. Y con Aries y sus prisas y espontaneidad se lleva fatal. Así que, carneritos, aguantad el tirón porque todavía nos queda Saturno para un rato.

Sigo. El jueves 11 la noticia llega de la mano de Júpiter, en Sagitario, en el grado 24. Papá Júpiter, con sus dedos regordetes y su risa contagiosa y bonachona, mete la marcha atrás y comienza su retrogradación. Va a pegarse cuatro mesesitos así —hasta el 12 de agosto— y se supone que en ese ratejo quiere que reflexionemos sobre todos los asuntos jupiterianos. Que si viajes. Que si planificar estudios. Que si repasar las declinaciones del alemán o el ruso. Que si asuntos judiciales. Que si apostatar.

Luego el viernes 12 repetimos aspecto y es que Mercurio desde Piscis cuadra, por tercera vez, a Júpiter en Sagitario. Se habla mucho. Se piensa a lo grande. Y se abarca todavía más. Podrían llegar noticias del extranjero. De gente de fuera. De estudios. Y tener muchas ganas de vacaciones. Apelo aquí también a los que tengáis cartas muy mutables, porque de verdad que es posible que tengáis la agenda bien apretada y debáis hacer malabares para que os de tiempo a todo 

El viernes —día, por cierto de Venus— Venus le hará un sextil a Saturno en Capri. Lo que siempre os digo: que los sextiles son aspectos lindos pero suaves y que si uno no les pone cierto empeño, pues ni pena ni gloria. También en cualquier tema natal implican un apoyito todavía no exprimido del todo.

Venus y Saturno en sextil y entre estos signos puede formalizar relaciones, contratos, asuntos creativos; dar placer por actividades artísticas pero también un poco chapadas a la antigua o con un filtro en blanco y negro. En cualquier caso, los dos planetas se encuentran muy bien puestos: Saturno, como maestro y viejuno y Venus, como disfrutona, artística y espiritual, y las lecturas son múltiples. Un profesor de música. Una yogui delgada con el pelo blanco. Una velada fumando cigarrillos y bebiendo whisky añejo. Una retrospectiva de cine con Ava Gardner y Gregory Peck.

Para el sábado 13 la cosa se pone otra vez más durita; más de lo mismo, lo mismo que cada año: el Sol en Aries se cuadra a Plutón en Capri. Como Plutón se mueve tan lento, pues ahora lo tenemos en el grado 23 y es que le encanta hacértelo despacito. Porque des-pa-cito, quiero desnudarte a besos despacito, firmo en las paredes de tu laberinto, y hacer de tu cuerpo todo un manuscritooooo…

Aquí el mondongo va de que los que cumplen por la fecha o tienen un ángulo o planetas —personales, sobre todo— en el grado 23 de Aries llevarán una temporada con su correspondiente crisis, terapias, obsesiones, volver a empezar y lo siento mucho, la vida es así, no la he inventado yo. Además que con Plutón pasa lo mismo que con Saturno, que todavía queda para rato y para que el próximo enero nos regale su conjunción de los cojones.

¿Y el domingo 14? El domingo es muy bonito. El domingo es el día del Sol, que de hecho, le dibuja un trígono a Júpiter a Sagitario. Fijaos que aquí estamos liando un poco la marrana y es que el grado 23 y 24 de Aries está bastante fastidiado con el paso de Plutón. Pero, claro por otro lado, y practicamente al mismo tiempo, está protegido por el trígono de Júpiter. Así que una mezcla bien interesante para los de Sol, Luna o Ascendente en la zona. Lo que os digo: contadme aquí abajo.

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Ahora sí. Ya me despido. Como siempre, un trillón de gracias por leer. ¡Por compartir! Por la guasa. Por preguntar. Por relatar vuestras experiencias. También por vuestros Likes.

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Emilio P. Millán